Cada año, el Serengueti ofrece uno de los espectáculos más asombrosos de la naturaleza: la gran migración de herbívoros. Este parque natural, famoso en todo el mundo, es testigo de un fenómeno épico.
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Migración de los ñus: La Travesía en Busca de Alimento y Agua
Millones de herbívoros emprenden un viaje desde la estación seca a la estación húmeda en busca de pastizales frescos y, sobre todo, agua. Entre estos majestuosos animales, destacan los ñus. Más de un millón de ñus y 200.000 cebras realizan este increíble desplazamiento anual desde Kenia hasta Tanzania siguiendo las lluvias estacionales.
La Asombrosa Complementariedad de Ñus y Cebras
La migración de los ñus y las cebras es un fenómeno único en su tipo. Ambas especies se complementan de manera excepcional: las cebras poseen una vista aguda y son las encargadas de alertar ante la presencia de depredadores en la distancia. Por otro lado, los ñus tienen un olfato altamente desarrollado, lo que les permite detectar enseguida la presencia de enemigos cuando la hierba está alta.
La Temporada Ideal para Observar la Migración
Aunque no todos los años la migración ocurre con precisión absoluta, el periodo óptimo para presenciar este fenómeno va de julio a octubre. Durante este tiempo, se suceden hitos muy conocidos, como el paso a través del río Mara, donde los cocodrilos aguardan para cazar ñus, cebras y antílopes. Esta travesía por el río Mara dura varios días y representa un desafío vital para estos animales.
Un Viaje Constante en Busca de Pastos Verdes
Los ñus mantienen una migración prácticamente constante a lo largo del año, en su afán por encontrar pastizales más nutritivos. Durante este periplo anual, los ñus pueden recorrer aproximadamente 3.000 kilómetros en búsqueda de mejores condiciones de vida. Sin embargo, este viaje no es en absoluto tranquilo, ya que deben superar adversidades como los cocodrilos, los grandes felinos y los caudalosos ríos, además de lidiar con la presión humana.
Desafíos Actuales y Debates en el Serengueti
La presión demográfica y la actividad de cazadores furtivos están transformando gran parte de las llanuras del Serengueti en terrenos de cultivo, generando intensos debates sobre la conservación de este ecosistema único.